
“Hable o no hable, como quiera voy hacer el malo”, fueron las palabras del ex esposo y asesino confeso de la más reciente víctima asesinada por violencia de género en Puerto Rico. La víctima se llamaba Angie Noemí González, quien tenía 29 años y era madre de tres niñas.
No cabe duda que las palabras citadas por este hombre son unas tan vil como su acto, pues todo lo que diga después de que la víctima ya no puede hablar no es justificable. Además, no se trata de si eres bueno o malo y más cuando hablamos de relaciones de parejas, esto es más allá de que intentes parecer qué hay alguna razón para cometer un acto tan despreciable. Eres culpable, lo admitiste, queda claro que no respetaste su vida, ni la de sus hijas. No importa si te habría perdonado mil veces o viceversa, al final no quería estar contigo.
No engañes al Mundo, tergiversando la situación, pues al final dejastes un dolor irreparable en las dos familias. No huyas de lo que planificastes, porque paso a paso tuvistes que pensar lo que le harías, ese día que la llamastes. Te envenenastes lo suficiente por lo cual actuaste de esta manera, sin pensar un sólo segundo lo que pasaría luego de la desgracia.
NO ES AMOR, NO LO ES. No se excusa, no hay manera de que tú puedas ganar una opinión, cuando utilizaste la fuerza y asesinaste. ¡Basta yá!